N.A.S.A.L.

Alejandro Villa Moon Light Rain

julio 11, 2024
Jose Oliveira
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Alejandro Villa Durán

Moon Light Rain




El título de esta exposición y de las siete obras provienen de una serie de escritos que el artista recolecta desde sus introspecciones oníricas , ya sean sueños o pensamientos breves escritos en las notas de su celular. Alejandro concretiza su práctica escultural y pictórica relacionando estas oraciones con su serie de obras ya finalizada, lo que conlleva a una exploración del lenguaje generosa en imágenes y a la vez difusa e inexacta. Tres conceptos concretos son la introducción a una serie de obras que confrontan al espectador con el potencial del arte de impactar la conciencia colectiva.

La pintura abstracta indirectamente redime la figura del artista como irrelevante y elusiva; poco o nada sabemos de Alejandro en términos de su identidad o idiosincracia. Esta opacidad nos permite vislumbrar la relación de sus sentidos y toma de decisiones con el canvas; si prestamos atención podemos inferir qué decisiones se han tomado para comunicarnos un tipo particular de puerta hacia una sensibilidad más universal.

Alejandro se impone limitaciones personales durante la producción artística, desde el tiempo, las condiciones atmosféricas y psicológicas donde la pintura se materializa, hasta la restricción última de negar su lectura simbólica. Todas las obras de esta muestra se hicieron en un periodo reciente y en conjunto. El artista pinta constantemente , practica su agilidad y atención hasta llegar a un punto específico en el que su estado mental, la estación del año, el sentimiento indescriptible de la autonomía del lienzo e incluso una paleta limitada de colores se materializan en una serie de obras tan especificas a su contexto que son irrepetibles.

Las esculturas mantienen una relación inmediata con la abstracción de las pinturas ya que niegan el significado que se les intenta dar a la flor de bronce sumergida en agua y a las estructuras de madera cubiertas con tela. El artista crea volúmenes que imponen una relación con el cuerpo de la audiencia; una obra se alza verticalmente por sobre el nivel del ojo, mientras que la otra, limitada a una habitación pequeña, se muestra con total pasividad al ras del piso. El impulso de análisis inicial podría ser que las esculturas imponen una relación de poder con el espectador, ya sea de dominación o pasividad, sin embargo el artista invita a pensar que las piezas aluden a la mutabilidad de cualquier estructura, en tanto que toda materia puede ser pasar por materialidades opuestas a sí mismas en algún punto del tiempo.

Una galerista previamente se refirió a la práctica de Alejandro como antisocial en tanto que busca la libertad personal a través de su producción, lo que me recuerda a una perogrullada de Jenny Holzer (1978-87) : la superación personal es antisocial. La pintura abstracta juega con el doble filo de ser popular por su belleza y a la vez inaccesible. Las estrategias del artista son demandantes hacia su espectador; hay un riesgo deliberado de que la obra sea absorbida a un nivel meramente visual. Tal vulnerabilidad es una decision intencional en la que se le permite al espectador crear un significado particular a su cosmovisión, o limitarse a ver de reojo la superficie del canvas.

Visité al artista en la azotea de su estudio donde suele pintar, por lo que algunas de las pinturas previas a las que se muestran ahora fueron activamente modificadas por la hojarasca , el viento y la lluvia. En nuestra primera charla sobre esta muestra Alejandro me dice que , para él, la única manera de llegar a un pensamiento libre es a través de la abstracción; la obra queda libre del ego del artista para dar espacio a la soberanía del pensamiento. En la azotea Alejandro me comparte que “Las pinturas están vacías de significado simbólico porque es lo más generoso que le puedo dar a la gente”.



Isaac De Reza