Para la presentación de N.A.S.A.L. de este año en Zona MACO, la galería expone obras que gravitan sobre la complejidad del deseo. Un grupo de 3 artistas latinoamericanos que se adentran en las dinámicas subyacentes del deseo y el anhelo que abarcan todas las facetas de la vida en la Tierra. La cartografía de un ensamblaje erótico y multidimensional; la condición previa de la voluntad, que moviliza a todos los agentes conscientes en la construcción de la realidad. Como tales, las obras expuestas integran referencias históricas, esotéricas y orgánicas para contrastar la construcción del deseo, la restricción impuesta a deseos alternos y la posibilidad de conjurar nuevos deseos.
Las pinturas y el vidrio soplado de Luis Enrique Zela-Koort observan la vida y el deseo íntimamente entrelazados, reescribiendo narrativas a una escala fundamental. A través de su obra, intenta liberar a la naturaleza de las lógicas modernas, imaginando otras configuraciones corporales y percepciones de la realidad. Su escultura de vidrio “Deseo Primordial”, un híbrido formal entre una flor y cuentas anales, contiene una síntesis de la sopa primordial (la sustancia donde surgió la vida en la Tierra) que alude a nuestra interconexión latente y al infinito potencial de la vida y el placer a través del tiempo y el espacio. El grupo de pinturas muestra paisajes micro-macro cósmicos, eliminando las barreras que separan lo interno de lo externo; inspirándose en la experiencia del artista con la enfermedad crónica, así como los universos trascendentales de Agnes Pelton y Hilma af Klint. Mientras que la Modernidad observa la diferencia como violencia, en la investigación de Zela-Koort, la “Metafísica Queer” describe su visión de la vida como universal, diversa y divina en esencia.
Los relieves de Alejandro García Contreras entran en la escala humana representando escenas mitológicas de pecado y pasión. En las obras, el deseo parece actuar como una fuerza de otro mundo, una fuerza sobrenatural que se apodera de los cuerpos. Los esfínteres, puertas musculares que separan el placer de las excreciones, dentro y fuera, se representan abiertos o en pleno ejercicio. La composición metálica de estas piezas de pared y su uso de símbolos producen un recuento histórico y atemporal de la tensión entre lo “auténtico” y lo “socialmente construido”; en realidad, también somos un esfínter abierto, lleno de potencial erótico, a través del cual median ambas fuerzas. Sin embargo, el deseo no se presenta como algo neutro, sino como un flujo transformativo que roza la violencia. Es en esta ambigüedad donde se nos invita a diseccionar las profundidades de nuestro propio deseo, y los binarios construidos entre masculinidad y feminidad dentro de los mundos esotéricos que las obras nos presentan.
Por último, las obras de Chavis Mármol entran en la escala de las construcciones, de los objetos construidos a partir de cuerpos, emanando vitalidades. Para el proyecto, Mármol presenta una cadena y un grillete instalativos de gran escala. Cargada de contexto histórico, la obra se guía para hablar de la experiencia biográfica del artista con su sexualidad; elementos restrictivos que aluden a un cierto fetichismo, y también a una posible liberación. Pero en una revolución personal, hay también un potencial de libertad colectiva, de deseo de liberarse de normas y condiciones previas. En las paredes, Mármol presenta dos rejas metálicas que tratan más explícitamente la confrontación y la política. Aquí, el artista profundiza en las redes de conflicto y capital que sostienen al deseo moderno; mostrando las complejas interrelaciones y restricciones que operan entre el cuerpo social e individual. La noción de que la guerra se produce entre estados, pero también en el seno de las familias y los hogares, cuando un cuerpo intenta imponer su deseo a otro, hablando del trauma generacional, lo queer y la resistencia.
Así, cada uno de los artistas nos invita a reconocer los límites impuestos a nuestros cuerpos, otros cuerpos y otras sexualidades, formas de ser. Y con cada revelación viene una promesa de cambio; de nuevas experiencias, nuevos placeres, nuevas libertades. Aunque el deseo se entiende como algo más grande que nosotros individualmente, las obras exploran las lógicas de la corporeidad y ofrecen pistas para imaginar mundos de flujos y potenciales sin restricciones.
Input your search keywords and press Enter.